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Benoot busca a los 23 años su sitio en el pelotón de la carrera de San Juan

Si hay un país en el que los ciclistas jóvenes están presionados es Bélgica. Después de muchas décadas comprendieron que es imposible tener un corredor como Eddy Merckx, y lo que han tenido, y tienen, son buenos clasicómanos.

La lista de futuribles que prometían un buen futuro y se quedaron en nada es muy amplia. La última perla del ciclismo belga, flamenco, es Tiesj Benoot, un chaval de 23 años, nacido en Gante, del que todo el mundo habla maravillas. Fue tercero en la segunda etapa de la Vuelta a San Juan y en el tiempo que le queda libre está haciendo un curso en la Universidad a Distancia belga que dura cuatro años. No lo tiene fácil pero se va arreglando con el ciclismo y los estudios. “La Universidad de Gante apoya a los deportistas de élite y eso me permite estudiar”, comenta sonriendo.

Flandes de escaparate

La explosión de Benoot llegó en su estreno en el mundo profesional, con 20 años, cuando terminó quinto en la Vuelta a Flandes. Rápidamente le compararon con Tom Boonen, que en su primer año de profesional acabó tercero en la París-Roubaix.

“Por el momento no sé que tipo de corredor soy. Me doy dos años, hasta los 25, para saber dónde me voy a situar. Gustarme, me gustan las clásicas, ¿cómo no me van a gustar siendo belga? En las pruebas de una semana que he hecho también me he encontrado a gusto. He sido segundo en el Dauphiné Liberé”, ha explicado a la prensa belga.

Le gusta la Strade Bianche italiana, “una carrera en la que se juntan los especialistas del pavés y de los clásicas ardenesas, como Valverde. El nivel de participantes es alto, muy alto. He sido octavo en ella. Estoy seguro de que algún día ganaré una de las grandes. Es una ilusión. ¿Flandes? es una carrera complicada. Te ves con todos los grandes delante y ¿Qué haces? Tiras, guardas fuerzas. Hagas lo que hagas te puedes equivocar. Hace un año me caí. Llegó el grupo de Sagan, Van Avermaet, los buenos, y me rompí la clavícula en una caída”.

«Me gusta atacar»

La temporada pasada terminó quinto en la Vuelta a Polonia, tercero en la Het Nieuwsblad. En 2013, como aficionado, ganó una etapa en la Vuelta a Madrid: “Después de la caída del año pasado me ha costado casi un año volver al nivel que tenía antes. Estoy cerca, pero todavía no me encuentro igual. Además, ser el líder del Lotto-Soudal en la Vuelta a Flandes no es fácil”.

Continúa explicando que “te puede pasar de todo, bueno y malo, aunque tengas todo el equipo para ti, aunque eso hay que ganárselo. Yo he intentado seguir a Van Avermaet, y no he podido, y si no puedes, no puedes. Espero cambiar eso. Soy un corredor al que le gusta atacar, si puedo, pero no me veo todavía para poder gestionar yo la prueba”.

A Sierra Nevada

Una vez terminada la Vuelta a San Juan, se concentrará en altura, en Sierra Nevada, donde le acompañara su novia durante veintiún días. Los últimos diez días llegará su padre con una moto para hacer series:

“Luego volveré a Bélgica para correr Het Nieuwsblad, Kuurne-Bruselas-Kuurne y la Strade Bianche. La única carrera de una semana en la que estaré será la Tirreno-Adriático”.

Descansará diez días antes de meterse con el G. P. Harelbeeke, Flandes, Amstel Gold Race y la Flecha Valona. Nunca he corrido las pruebas de las Árdenas y quiero ver que pasa”.

Quiere trabajar en altura para ver que tal le va esa preparación: “He visto muchas teorías sobre ese trabajo. También se dice que entrenar con calor es bueno. No sé, lo quiero ver. Necesito no perder explosividad”.

Si le preguntas por una prueba que le guste, no duda: “La Vuelta a Flandes. Desde que tenía once años he visto a los corredores en esa prueba, el ambiente que se crea en torno a ella. Es algo único”.

Por eso quiere ganarla, algo nada fácil.

 

Noticia:diariovasco.com

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