l Tour de Francia enfila ya la tercera y última semana, siempre la más decisiva. Este año, más aún porque los dos primeros son del mismo equipo, siendo el segundo, Froome, el jefe de filas con todo el morbo que eso conlleva. A los dos del Sky se les suman al menos cuatro grandes candidatos que tendrán hasta cuatro etapas clave para intentar desbancar a los británicos de lo más alto de un podio en París cuyo poseedor empezará a decidirse este martes.
THOMAS-FROOME, LA OTRA ‘GUERRA’
Muchos se han acordado en esta edición del Tour de 2012. Aquel año, un todavía muy desconocido Chris Froome partía como gregario de Bradley Wiggins y más de una vez le puso en evidencia en las etapas más duras. Los directores del Sky le mandaron ‘frenar’ para apoyar a su líder, que finalmente ganó en París. Al año siguiente, Froome pudo por fin celebrar su primera victoria en la ‘Grande Boucle’. Este año, muchos se empeñan en compara la situación que viven en estos momentos Geraint Thomas y el ciclista afrobritánico. Sin embargo, el galés, que cuenta ya con 32 años, es una incógnita y está por ver cómo responderá en las jornadas más duras, en esas en las que Froome nunca suele fallar. 1’39» les separa en la general, un diferencia que algunos consideran insulsa ya que hay cierta sensación de que Thomas podría ‘reventar’ en la alta montaña. De momento ha sido el más fuerte… Lo que sí es seguro es que, si se descuelga, Froome, como es lógico, no se quedará a esperarle.
LOS 4 PRINCIPALES RIVALES DEL SKY
«Mientras haya un maillot amarillo del Sky en París, estaré contento», decía Froome. Para intentar evitarlo, cuatro ciclistas se presentan como la grandes amenazas. Vayamos por orden de posición en la general: Dumoulin, el considerado por muchos como ‘el próximo Froome’. El holandés aguanta con los mejores en la montaña y, junto con el británico, es el que mejor se defiende contra el crono. Está a sólo 11″ del jefe de filas del Sky, a 1’50» de Thomas; Primoz Roglic, para muchos la sorpresa de este Tour, para otros tanto, la confirmación de un ciclista que ya lleva años apuntando maneras de grande. También funciona bien contra el crono y en montaña, aunque tiene margen de mejora, está en plena forma.
Romain Bardet, la esperanza francesa. Segundo en 2016 y tercero el año pasado, es todo menos conservador. Sus ataques en montaña son continuos y un dolor de cabeza para sus rivales. Sabe que es cuesta arriba donde debe intentar ganar este Tour porque la crono del penúltimo día podría perjudicarle; Mikel Landa, el sueño español. El del Movistar Team está a 3’42» de Thomas, a 2’03» de Froome. Diferencias que parecen insalvables, pero el vasco es optimista y peleará, al menos, por entrar en el podio y de paso ganar una etapa, como él mismo ha reconocido. En otras palabras, espectáculo garantizado.
LAS 4 ETAPAS QUE DECIDIRÁN EL GANADOR EN PARÍS
El pistoletazo de esta semana grande en el Tour lo dará la etapa de este martes, con una jornada de 218 kilómetros entre Carcassonne y Bagnères-de-Luchon, lugar fetiche para Froome porque fue aquí donde cimentó su triunfo en 2016 después de un ataque para el recuerdo en al descenso del Peyresourde. Hasta tres puertos en los últimos 70 kilómetros de etapa: el primero, el Col de Portet dAspet, de 5,4 kilómetros, y casi de seguido el Col de Menté, de 7 kms. a un desnivel medio del 8,1%, para continuar con el Col de Portillon, de 8 kms. y pendiente media del 7,1%. Una vez coronado, descenso vertiginoso hasta meta. ¿Repetirá movimiento Froome?
El miércoles llegará la jornada más original de esta edición. Una etapa de apenas 65 kilómetros con una salida al estilo Formula 1, saliendo el líder desde la ‘pole’, seguido de los primeros de la general en un arranque dividido por grupos en función del puesto en la clasificación. Es de esperar que los líderes de equipo esperen a sus compañeros de formación para afrontar un vertiginoso día donde en ese corto espacio de recorrido subirán hasta tres puertos: Peyragudes (1ª), donde Valverde ganó en 2012, Val Louron-Azet (1ª) y el temido Col du Portet, de categoría especial y considerado como «el nuevo Tourmalet» en palabras de Prudhomme, director de la carrera. Al día siguiente, tregua entre los favoritos para un día para esprinters.
El viernes, vuelta a la alta montaña con dos colosales y míticos puertos: el Tourmalet, el auténtico, previo paso por el duro Col d’Aspin (1ª), y el Col d’Aubisque, de categoría especial y previo paso por el Col de Borderes (2ª) en un día que arrancará con dos de 4ª como son el Loucrup y el Capvern-les-Bains. Seis puertos y una meta situada al completar el descenso del Aubisque. De locos. Y, si todavía no está todo definido, traca final con una semi cronoescalada en el País Vasco francés, al que el Tour no iba desde hacía 12 años, que incluye cuatro cotas, la última con tramos de una pendiente del 21 %.
Noticia:marca.com